Hoy se cumple un aniversario del nacimiento del brillante David Keilin, descubridor de las primeras enzimas respiratorias jamás descritas: los citocromos. Nuestra vida se sostiene, de minuto en minuto, gracias a la respiración celular. La generación de energía proviene en su mayor parte de la degradación de glucosa o cetonas en presencia de oxígeno. Estudiando la hemoglobina, Keilin descubrió los citocromos en la década de 1920, reconociendo que el transporte de oxígeno y la respiración celular son imposibles sin ellos. Fascinado con estos pigmentos respiratorios esenciales para la vida, los llamó citocromos (pigmentos celulares), describiéndolos como pertenecientes al grupo de las hemoproteínas.
Su estudio sobre el citocromo, pigmento respiratorio común a los animales, las levaduras y las plantas superiores (Proc. Royal Soc. London) dio lugar a una intensa experimentación en varios laboratorios, abriendo el camino hacia la comprensión de la “combustión biológica”. en relación con la existencia de una sucesión de enzimas redox: Keilin fue pues el pionero de la idea de que existe una cadena respiratoria o flujo de electrones dentro de las mitocondrias, sin el cual la vida no es posible.
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David Keilin, bioquímico, entomólogo y parasitólogo, fue también un autor prolífico, con 39 artículos científicos entre 1914 y 1923. Curiosamente, Keilin nunca recibió un Premio Nobel, aunque su descubrimiento de los citocromos y otras contribuciones sustanciales parecerían haber merecido uno. Keilin fue también el maestro de futuros gigantes como Peter Mitchell (Premio Nobel por la hipótesis quimio-osmótica de la formación de ATP en el extremo de la cadena respiratoria).
Ernesto Prieto Gratacós
Laboratorio de Ingeniería Biológica
Realmente la combustión biológica es un misterio para mi y sospecho que el cálculo de las calorías de los alimentos no tiene mucho que ver con esto, es decir que debe ser una aproximación muy grocera, por ejemplo que no puede explicar como abundan personas delgadas muy glotonas. Gracias por compartirlo.