En el inicio de la crisis epidemiológica, basándome estrictamente en el sentido común y en la ciencia publicada (incluyendo las normativas epidemiológicas de la OMS), emitimos cinco videos con varios conceptos y declaraciones científicamente lógicas acerca cómo comportarse racionalmente frente al patógeno SARS COV-2 a nivel tanto preventivo y terapéutico como social. Unas semanas más tarde, dichos videos alcanzaban en total unas 800.000 reproducciones. A pesar de que acompañé cada comunicación con las apropiadas referencias a publicaciones científicas de prestigiosas fuentes, virtualmente todas las comunicaciones sobre coronavirus que no estaban alineadas con la política sanitaria, dictada a través de los estados, fueron censuradas. Esta censura del libre discurso científico, sin precedente en las democracias de Occidente, pone en peligro la esencia misma de una sociedad libre, al tiempo que aterroriza, empobrece y enferma a la Humanidad. A casi un año de emitidas nuestras declaraciones, veamos ahora qué grado de acierto y veracidad tuvieron. He aquí aquellas 9 proposiciones divergentes:
1. “SARS COV 2 es esencialmente un virus gripal, su anulación depende de los nutrientes inmuno-esenciales (vitamina D, ácido ascórbico, Zinc, Selenio, melatonina).”
¡DEMOSTRADO! A la fecha de hoy (Enero-2021), el más grande portal científico del planeta tiene ya indexados 284 ensayos clínicos https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/?term=vitamin+D+coronavirus validando el inmenso efecto preventivo/terapéutico de la vitamina D específicamente en coronavirus. Otro tanto sucede con el uso farmacológico del ácido ascórbico, indexando ya 116 ensayos clínicos. Todo lo cual tiene perfecto sentido, la inmensa mayoría de las personas infectadas con la “virus de Wuhan” experimentan apenas síntomas gripales ligeros. La cuestión de la gripe no debe malinterpretarse como un simple resfrío, como dijimos desde el día 1, todos los años mueren espantosamente decenas de miles de personas en cada región debido a infecciones gripales que dan paso a neumonía y sepsis bacteriana. Luego de tres décadas de trabajo en el área de las ciencias de la salud, no tenemos ninguna confusión al respecto: las muertes ocasionadas por complicación de infecciones respiratorias virales clásicas (H1N1, etc.) son tan sufridas y complejas como las del más reciente virus. Esto debe cambiar. ¡La solución no es encerrarse, sino suplementarse! Los nutrientes necesarios para anular las infecciones y la mortalidad cuestan centavos por gramo y son universalmente accesibles.
2. “La estimación de la tasa de mortalidad (CFR) fue inicialmente proyectada sobre una muestra sesgada y muy reducida de infectados (personas con fiebre y otros síntomas gripales acudiendo a guardia hospitalaria). la verdadera tasa de mortalidad rondará ~ 0.2 %.”
¡DEMOSTRADO! Cuando se considera hoy correctamente la totalidad real de los infectados (estudios de seroprevalencia) la verdadera tasa de mortalidad por infectados (Case-Fatality Ratio) está entre 0.1 y 0.3 por ciento por temporada invernal. A pesar de los inmensos trastornos colaterales que ha producido la política sanitaria medieval, la mortalidad-por-toda-causa (all-cause mortality) ha permanecido inalterada en la mayoría de los países.
3. “El uso de suero glucosado favorece la sepsis bacteriana. Una enérgica REHABILITACIÓN METABOLICA reduce las complicaciones clínicas y la mortalidad.”
¡DEMOSTRADO! Desde los primeros reportes clínicos, se hizo evidente que además del obvio factor de riesgo que implica la edad (debido a la inmuno-senescencia) un poderoso agravante de las infecciones respiratorias agudas es el síndrome metabólico. Reducir inmediatamente la glucemia por medio de dieta cetogénica hipocalórica ni bien aparecen los primeros síntomas, reduce sensiblemente las complicaciones y la mortalidad. Parte de nuestra extensa experiencia en el abordaje metabólico coadyuvante para tratamiento de los tumores sólidos (+ de 1700 pacientes), es que no se registraron fallecimientos por infección respiratoria ni sepsis en dicha población, a pesar de que al menos un tercio de esta ya venía inmunosuprimida por la medicación de base.
4. “La tormenta de citoquinas es una supercompensación inducida por la supresión farmacológica de la fiebre.”
¡DEMOSTRADO! Por favor mira las 74 referencias científicas que presento en mi más reciente artículo científico (aún en proceso de peer review en una revista académica). En este ensayo, Perspectiva Evolutiva y Clínica Sobre el Rol Inmunoagónico de la Fiebre y la Inducción Iatrogénica de la Tormenta de Citoquinas, explicamos la lógica de la biología evolutiva detrás de este fenómeno y todos los aspectos clínicos implicados.
5. “Según el informe de Noviembre 2019 de la OMS, no hay evidencia científica de que las cuarentenas bajen la mortalidad.”
¡DEMOSTRADO! Los gráficos de contagios de los países que ejecutaron las más feroces y estrictas cuarentenas son indiscernibles de los países que no hicieron cuarentena alguna (gracias a Dios por los casos de control!!!). La publicación de la OMS desaconsejando las Intervenciones No Farmacéuticas –NPIs- sigue publicada en su sitio oficial. Esto implica que se recomendó una medida para la cual, de hecho, había recomendaciones contrarias. ¡Auch!
6. “Las cuarentenas estrictas causarán múltiples shocks sistémicos a lo largo y ancho de la economía, con horrendos resultados en salud a largo plazo (curva de Preston). La distinción entre economía y salud es una falsa dicotomía, no existe salud sin recursos económicos. Múltiples estudios científicos apoyan la noción de que las crisis económicas severas se traducen en centenares de miles de muertes en exceso a lo largo de la década siguiente."
¡MÁS QUE DEMOSTRADO! La cantidad de evidencia que se acumula a este respecto ya es inmensa. Tan solo las muertes por desnutrición infantil, patología cardiovascular no atendida y diagnósticos tardíos de cáncer (sin contar el masivo incremento de suicidios, criminalidad, etc.) superarán ampliamente las muertes por infección viral… las cuales terminan siempre por suceder de todos modos, con o sin cuarentena.
7. “El equilibrio endémico (inmunidad rebaño), acelerado por mejores intervenciones terapéuticas, recuperación espontánea de los infectados (modelo SIR) y vacunación efectiva, ha sido siempre la ruta de escape.”
AÚN FALTA EVIDENCIA. Si bien la noción de herd immunity o inmunidad de rebaño está firmemente establecida en epidemiología y la evidencia disponible de casos como el de Suecia –que se mantuvo en pleno funcionamiento- deja ya ver un progresivo acercamiento al equilibrio endémico, no es técnicamente aceptable confirmar este concepto hasta que transcurran al menos tres o cuatro temporadas invernales con el actual patógeno en circulación. Lo cual sucederá a mediados del 2024.
8. “Todos los años mueren muchas decenas de miles de personas susceptibles a infecciones respiratorias. El delta epidémico (o diferencial de mortalidad) de este “nuevo” patógeno es bajo.”
PARCIALMENTE DEMOSTRADO. La tabulación correcta de estos datos requiere al menos tres años de asentamiento de los registros estadísticos. Lamentablemente, de todos los países de habla hispana, así como del Reino Unido, USA, Canadá y Australia, nos han llegado reportes de adjudicación incorrecta de la causa de muerte en los certificados de defunción. Una parte sustancial de los fallecimientos se ha debido a otra causa cualquiera (infarto, cáncer, aneurisma, disentería, etc.) pero fue registrada en el certificado como causada por COVID. Se trata de personas que fallecieron con el patógeno, pero no a causa de este. Con COVID, no a causa del COVID. Aun tomando como ciertas las muertes adjudicadas a COVID (hay infinidad de indicios de que están sobredimensionados, e incluso intencionalmente “inflados”) el diferencial epidémico no es ni remotamente un escenario apocalíptico. Por ejemplo, en Argentina mueren en promedio unas 32.000 personas por infecciones respiratorias en cada temporada invernal. Los fallecimientos informados al 31 de Diciembre sumaban 42.000. La simple aritmética de dicha cuestión arroja una mortalidad excesiva equivalente al 31% por encima del promedio anual. (42.000 – 32.000 = 10.000 → ≡ 31%) Difícilmente una nueva peste bubónica que liquidará a la Humanidad.
9. “El oxígeno puro de los respiradores (que en ocasiones es el único recurso disponible frente a saturaciones de O2 extremadamente bajas) genera neumonitis oxidativa. Una práctica eficaz y rentable dentro de la UTI debe ser la inyección continua de antioxidantes hidrosolubles. Mientras más se prolongan las internaciones, más se agrava la avitaminosis (desaparecen los antioxidantes).”
DOLOROSAMENTE DEMOSTRADO. Este escabroso tema, que siempre ha implicado para los profesionales de terapia intensiva la difícil toma de decisiones de vida o muerte en circunstancias de gran tensión e incertidumbre, es demasiado complejo para exponer aquí. Si eres profesional de salud, por favor lee este excelente artículo al respecto: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7328308/
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Para concluir, quisiera dejar bien en claro por qué firmé la declaración de Great Barrington, a pesar de que contiene nociones estrictamente epidemiológicas y no dice nada acerca de lo que considero la verdadera solución sistémica a este patógeno y todos los próximos que sin duda surgirán: el fortalecimiento del Sistema Inmune con los efectores diseñados por la Evolución (los nutrientes inmuno-esenciales) y la corrección molecular del medio interno.
La Declaración, escrita por tres profesores de infectología y epidemiología de las universidades de Harvard (Prof Jay Battacharya), Stanford (Prof Sunetra Gupta) y Oxford (Prof Martin Kulldorf), y co-firmada por científicos de gigantesca talla como John Ioannidis y Michael Levitt (Premio Nobel de Química), afirma que las cuarentenas son devastadoras para la salud pública y propone una estrategia alternativa de “protección focalizada”. Si bien consideramos insuficiente la propuesta –ya que no menciona las estrategias farmacológicas arriba descritas- el calibre científico de estos profesores es tan alto y la evidencia tan sólida, que claramente debe considerarse. De eso se trata en definitiva la ciencia: la indagación racional y serena de la verdad objetiva, proceso en el cual las discusiones teóricas son un valioso aspecto.
Un elemento crucial para el futuro de nuestra Civilización es la absoluta libertad de expresión. La censura de la ciencia no tiene cabida en una sociedad libre. Quizá el más reputado diario norteamericano tiene como lema la frase “La Democracia Muere en la Oscuridad”. Se declara con ello que la información imparcial, venga de la fuente que venga, moleste a quien moleste, tiene para la sociedad el mismo poder vivificante que la luz. Difícilmente haya una luz más intensa y poderosa que la Ciencia.
LET MY PEOPLE TALK!
Ernesto Prieto Gratacós
Laboratorio de Ingeniería Biológica
(hay infinidad de indicios de que están sobredimensionados, e incluso intencionalmente “inflados”) la información seria la principal.
gracias!
Excelente artículo. Muchísimas gracias.
Muchas gracias. Usted siempre trabajando en pro de la humanidad
Ah síii una crítica constructiva ,podrias anclar fotos, ya sean gráficas o algo saludos
Un placer leerte Ernesto, una persona muy inteligente.
Te comparto en mis redes sociales esta lectura merece extenderse por el publico en general LA VERDAD ES PARA TODOS
Saludos desde España amigo.